27/5/07

ENERGÍAS INCONTROLADAS


Me vestí con gafas de sol pero se me olvidó ponerme el paraguas.

Así la gente no verá mis tontas lágrimas sin sentido que me brotan mientras camino.

Y si alguna se atreve a asomarse por debajo de mis ojeras, pensarán que es la lluvia que moja mi cara, aunque vaya en el metro bajo techos.

Es este ir y venir sin unas manos y boca externas por las escaleras mecánicas lo que se me hace insoportable.

La moraleja de esta fábula es que, como si la magia aún existiera, amanezco hoy con los rayos de sol en mi ventana, unos fuertes brazos que aparecieron de madrugada para abrazarme desde Barcelona, para que durmiera como en un cuento de princesas hasta que sonara el despertador y nos dijera que tiene que cojer un vuelo de vuelta a la realidad.


Hablamé en el idioma que quieras, mientras mire tus ojos te entenderé y bexándome te contestaré.

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