9/9/07

INCONEXIONES DIARIAS


-El frío nevado del que me hablaron se convirtió en sol a mi llegada, pero igual me abrigo por las dudas, y el calor esperado del que me contaron no fue tal, pero igual me sigo desvistiendo para cuando estalle.

- Un perro lazarillo lleva un mensaje escrito por su dueño: "No me toquen, estoy trabajando". pienso en también ponerme yo uno: "Tóquenme, estoy viviendo".


- A veces aún salen de mi boca autobuses, pero aquí voy subida en bondis que se cruzan con colectivos y en uno de ellos me parece verte, y me basta para sonreír imaginándote aquí. Aún no ubico bien esta afectación que me surge cada día, a veces la pongo en emoción penosa, a veces en pura alegría.
- Quiero esa mirada desenfocada de Casavettes, pero no consigo dejar los miedos y llevarse, mis gafas de sol me devuelven una imagen violenta de cristales violetas.
- Un gitano apareció con vistas al Obelisco, despertando sin haber dormido por estar viviendo, diciéndome que mi modo de amar no es madrileño. Y si, nací ahí, pero aún no sé de donde soy, mi sexo sureño, mi cabeza europea y mi esencia gallega camina dividida por partes, por mundos. Será necesaria esa identidad patriótica que no siento? Encuentro mi casa en ojos, en voces, en bocas, en camas, en sonrisas, en brazos...
- Sigo mirando todo con ojos de niño y continuo buscando esa voz que escuchamos alguna vez, con dulzura, cuidadora, que nos contaba cuentos, que nos explicaba el mundo, orejas abiertas donde todo lo que entraba era nuevo y no existía esta maldita cera que nos bloquea.
-Y de a poco ese echar de menos cada vez es menor porque sé con certeza que seguís allí y ambas partes nos esperamos.
- Aquí no se lían, se enganchan. Se que son términos, palabras, pero a partir de ahí nace la forma, el modo de pensarse. Yo me lío tan rápido que tardo más en desliarme, siempre me hago nudos corredizos, de marinero, fuertes pero que sabiendo salen solos. Mientras que el enganche es violento, es como supervivencia en lo alto de la montaña, cuando lo único que te sostiene en la altura es ese piolet al que te has enganchado, pero sigues dependiendo de la roca que lo sujeta.
- Saber que es posible, que se puede hacer, admirar la belleza perfecta en un escenario, la plata bien invertida, el hedonismo en el trabajo, emocionarse al agradecer. Con saber que alguien lo está haciendo, cree y lo consigue basta. Se puede ser feliz un instante, efímero pero eterno en mi memoria. Y así, sigo guardando genios en mi lámpara. Mi abuela no recuerda pero siente, cuando me nombran sonríe y sin saber cómo le surge el sentimiento de cariño, de amor sin saber de donde le viene.

Es así, lo mismo que a mi, a veces, también me ocurre.

No hay comentarios: